La inocuidad de los alimentos es una prioridad de la salud pública. Cada año enferman millones de personas, muchas de las cuales mueren por ingerir alimentos insalubres. En el decenio pasado hubo brotes graves de enfermedades transmitidas por los alimentos en todos los continentes y en muchos países la frecuencia de esas enfermedades está aumentando de forma significativa.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas más preocupantes relacionados con la inocuidad de los alimentos son:
- La propagación de los riesgos microbiológicos (entre ellos bacterias como Salmonella o Escherichia coli)
- Los contaminantes químicos de los alimentos
- La evaluación de nuevas tecnologías alimentarias, como los alimentos genéticamente modificados
- La creación en la mayoría de los países de sistemas sólidos que velen por la inocuidad de los alimentos y garanticen la seguridad de la cadena alimentaria mundial.
Las nuevas normas adoptadas por la Comisión tienen como objetivo mejorar la inocuidad de los alimentos a nivel mundial y proteger la salud de los consumidores. La reunión de La Comisión del Codex Alimentarius, celebrada recientemente en Roma, agrupó a cerca de 500 participantes, en representación de 125 países.
Entre las nuevas normas adoptadas, destacan:
- Reducción de la acrilamida en los alimentos
- Reducción de la contaminación con hidrocarbonos aromáticos policíclicos;
- Prevención de la contaminación por ocratoxina A en el café
- Preparados en polvo de seguimiento
La Comisión del Codex Alimentarius se estableció de forma conjunta en 1963 por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la OMS. La Comisión desarrolla normas alimentarias a nivel internacional para proteger la salud de los consumidores y garantizar prácticas equitativas en el comercio alimentario. Éstas normas y directrices se ven plasmadas en el Codex Alimentarius. La Comisión cuenta entre sus miembros con 181 países y una Organización, la Comunidad Europea.
Con todo este lío de la gripe A habréis observado que hay información muy variada, alguna de la cual señala la responsabilidad de las compañías farmacéuticas que tienen intereses económicos en que se venda sus productos, sea la epidemia que sea: antihistamínicos en primavera (todos los años va a ser “la peor” en concentración de pólenes”) y ahora vacunas y antivirales.
ResponderEliminarDebe quedar claro que a las compañías farmacéuticas lo que les interesa es vender. Y están en su derecho, por supuesto. Y que traten de rentabilizar los esfuerzos económicos que dedican a la investigación. Pero también conviene que todos seamos conscientes de que algunas de sus actuaciones son poco éticas. Y que como profesionales tenemos que ser independientes.
Animo a todos a leer algunos de los contenidos de la web “no, gracias”, empezando por ejemplo por la sección “lecturas recomendadas”
http://tinyurl.com/nzyjs6
Ana Martínez Rubio